WE ALL LIVE IN A YELLOW SUBMARINE (...)

martes, 31 de mayo de 2011

EL CUADERNO ROJO-PAUL AUSTER

Auster empieza a escribir a los 12 años, teniendo temprano contacto con los libros gracias a la biblioteca de un tío suyo traductor. Entre 1965 y 1967, estudia en Nueva York, en la Universidad de Columbia, literatura francesa, italiana e inglesa.

Durante los diez años siguientes, escribe artículos para revistas, empieza las primeras versiones de “El país de las últimas cosas” y de “El palacio de la luna”. También escribe poesías y obras de teatro de un acto.

En 1976 escribe su primera novela “Jugada de Presión”, bajo el pseudónimo de Paul Benjamín. Entre 1986 (en que se publica “Ciudad de cristal”) y 1994 (“Mr Vértigo”), publica novelas mayores como “El palacio de la luna” y “Leviatán”. Obtuvo el Premio Médicis en 1993 por dicha novela. Vuelve al cine, y adapta junto al director Wayne Wang su relato corto “El cuento de Auggie Wren”. El mismo Auster dirigirá “Lulu on the bridge” (1997), mal recibida por la crítica.

Vuelve a la novela con “Tombuctú” (1999), “El libro de las ilusiones” (2002), “La noche del oráculo” (2004) y “Brooklyn Follies” (2005). En 2006 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En el año 2006 publica “Viajes por el Scriptorium” y en 2008 publica “Un hombre en la oscuridad”.

Paul Auster es un escritor del azar y de la contingencia (Posibilidad de que una cosa suceda o no suceda), que no cree en la casualidad. Sus principales influencias fueron Kafka y Beckett, los ensayos de Montaigne y Don Quijote, de Cervantes. Escribió novelas, relatos, memorias, poesías, guiones y teatro.

De entre todas las películas de las que formo parte (tanto en el guión o como director), la que más me gusto fue la que escribió y dirigió “La vida interior de Martín Frost”. http://www.youtube.com/watch?v=K4tmbAECC_4


Sinapsis de la obra:


“EL Cuaderno Rojo”, es una novuelle propedéutica (que condensa cosas que van a seguir desarrollándose). Esta compuesta por una serie de 13 historias autobiográficas, breves relatos inspirados en la experiencia personal, cuyo hilo conductor es el azar. Dicho hilo le permite a Auster encontrar su propio idioma particular. El poeta Justo Navarro explica muy bien en el prólogo de “El cuaderno rojo” cómo se compone dicho idioma, que Paul Auster descubrió siendo niño en una excursión por el bosque: el idioma del azar es también el idioma de la fragilidad: hay coincidencias y casualidades con las que te mueres. Descubrir el poder del azar es descubrir que somos tremendamente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo. Las 13 historias que componen dicha obra se basan justamente en eso.

Cabe mencionar que una de ellas (la número 13), dio paso a la aclamada “Ciudad de Cristal”.

Para mí, esta nouvelle fue muy interesante de leer, ya que contiene como tema principal el azar. Todas las historias tienen algo, que logran dejarte pensando y razonando. Me gustaría leer la “Ciudad de Cristal”, que según la historia número 13 parece ser muy prometedora. Según ella, un hombre llama a la noche a la casa de Auster preguntando por una agencia de detectives. Auster le explica que se equivoco de número, pero a la noche siguiente, el llamado se repite y Auster vuelve a decirle al que llama que esta equivocado. Luego de esta llamada, el escritor se arrepiente y piensa que si lo vuelven a llamar, él diría que si, están hablando con una agencia de detectives. Pero el llamado no se repite. En “La Ciudad De Cristal”, Auster relata esto, pero el protagonista de la novela recibe una tercera llamada y finge ser de la agencia de detectives.

En conclusión, “El Cuaderno Rojo”, fue un libro que disfrute y releí, ya que cada historia me dejó pensando en las distintas formas en las que se presenta el azar en la vida de las personas.

Indi Paredes

EL RETRATO DE DORIAN GRAY, de Oscar Wilde








Oscar Fingal O'Flahertie Wilde, nació en Dublín, Irlanda, en 1854. Poeta, dramaturgo y prosista, fue considerado uno de los más importantes surgidos en la época del Londres victoriano.

Wilde cursó sus estudios en Dublín y posteriormente se graduó en Oxford.

En 1884, Wilde contrajo matrimonio con Constance Lloyd, hija de un consejero de la reina, con quien tuvo dos hijos, Cyril y VyVyan. Wilde alcanzó gran reconocimiento, sobre todo como dramaturgo, sin embargo, fue el movimiento conocido como esteticismo, el que ejerció más influencia sobre Wilde.

Publicó una serie de cuentos para chicos: El Príncipe Feliz y otros cuentos (1888), y Una Gran Casa de Granadas (1892). En 1890, publicó su única novela El Retrato de Dorian Gray. En teatro, sus obras más representativas fueron, sin duda: El abanico de Lady Windermere, La importancia de llamarse Ernesto y Un esposo ideal.

En el apogeo de su fama y éxito, mientras su obra maestra, La importancia de llamarse Ernesto, seguía representándose en el escenario, Wilde demandó al padre de su amante por difamación. Después de una serie de juicios, fue declarado culpable de indecencia grave y encarcelado por dos años, obligado a realizar trabajos forzados. En prisión, escribió De Profundis, una larga carta que describe el viaje espiritual que experimentó luego de sus juicios, formando un contrapunto a su filosofía anterior, que era hedonista. Tras su liberación, partió inmediatamente a Francia. Allí escribió su última obra, La balada de la cárcel de Reading, un poema en conmemoración a los ritmos fuertes de la vida carcelaria. Murió indigente en París, a la edad de cuarenta y seis años.






Sinopsis:

Esta novela cuenta la historia de un joven llamado Dorian Gray, cuya belleza impresiona a Basil Hallward y lo retrata. Un día conoce a Lord Henry Wotton, quien lo influencia negativamente, indicándole que lo único que vale la pena en la vida es la belleza y el placer. Finalmente, al darse cuenta de que algún día su belleza se desvanecerá, se obsesiona con alcanzar la eterna juventud y hasta jura que daría su alma por ello. Su deseo se cumple: mientras él mantiene su aspecto joven, hermoso y perfecto, el retrato envejece con el paso del tiempo y va reflejando cada uno de sus actos cometidos, siendo expuestos por alguna desfiguración en su rostro.












Opinión personal

Yo, que nunca fui una amante de los libros y a pesar de haber partes muy densas en las cuales se hacían descripciones minuciosas, debo admitir que el libro superó mis expectativas, y me pareció muy interesante y bastante entretenido, así que se los recomiendo a todos. Y también me gustaría leer más libros de este autor.
En cuanto a la adaptación cinematográfica, la versión moderna de esta obra literaria, estrenada en 2010, me resultó muy decepcionante, en el cual el director de esta película remarca mucho los placeres y deseos sexuales dejando de lado las atrocidades y perversiones que Dorian realiza en la historia, y en consecuencia provoca la pérdida de los valores que transmite el libro. Sin embargo, la interpretación del actor Ben Barnes, quien encarna a Dorian Gray, fue excelente.
La primera adaptación al cine de El retrato de Dorian Gray fue en 1945, la cual todavía no llegué a ver.


Dorian frente a su retrato.




A continuación, hice un pequeño research acerca de lo que fue el esteticismo:


El esteticismo fue un movimiento artístico inglés de finales del siglo XIX, basado en la doctrina de que el arte existe para beneficio de su exclusiva belleza y que ésta debe ser elevada por encima de la moral y de los temas sociales.

Se originó como oposición a las filosofías utilitaristas y para la fealdad y materialismo aparentes de la época industrial. Sus fundamentos filosóficos fueron asentados por Immanuel Kant, quien propuso que las normas estéticas podían ser separadas de la moralidad, la utilidad o el placer.

Los escritores británicos decadentes fueron grandemente influenciados por Walter Pater y sus escritos, como la novela Mario el epicúreo, en los que estableció que la vida debe ser vivida intensamente, siguiendo como ideal a la belleza. Sus estudios en la historia del renacimiento se convirtieron en la biblia de los jóvenes buscadores del arte. James McNeill Whistler, Oscar Wilde y Stéphane Mallarmé, avivaron el patrón de refinamiento de la corriente con delicada sensibilidad quizás hasta su punto más alto.

El
movimiento llegó a su fin con el juicio contra Oscar Wilde, ocurrido en 1895.